EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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"Si es fácil, no es negocio"; y otros descubrimientos (o re-descubrimientos) del 2018 que se va

Todos estamos sesgados.

Como argento nacido y criado en un 3amb hipotecado en Almagro, soy la definición literal de la clase media porteña. Eso me sesga de cierta forma. Creo que mi opinión sólo es válida (y hasta ahí) para la (cada vez más chica) clase media media laburante.

El costo no determina el precio.

Por lo tanto, se puede vender un servicio de 10 horas de trabajo a 100X mientras otros venden un servicio parecido de 100 horas de trabajo a 10X. En este tema el marxismo está equivocado y toda la gilada es marxista. La posta la dijo Eugen von Bohm-Bawerk ¡¡en 1851!!: “El valor no surge del trabajo, sino de los deseos que los bienes satisfacen”.

¿Estás bien pago en tu emprendimiento? Llevá los números de tu negocio como un adulto

¿Cómo llevar los números de tu emprendimiento? ¿Cómo ponerle valor a tu tiempo? ¿Cuánto gana un empleado raso en Argentina en 2018? ¿Cuánto gana un gerente en Argentina en 2018? Esas 4 respuestas (y más) en lo que sigue :D

Durante la última clase que di en EmprendING sobre guita (finanzas), me preguntaron sobre cómo ponerle valor al propio tiempo al emprender (para costearlo). Para mí la respuesta es obvia porque siempre tuve en cuenta mi costo de oportunidad. Me resulta intuitivo. No sé por qué. Quizás por eso siempre me atrajo la economía: por mi forma de pensar costo-de-oportunidísticamente. Si hoy Domingo decidís caminar hasta lo de tu amigo que vive en Devoto para ver el superclásico, quiere decir una de dos cosas: 1.- Valorás positivamente la experiencia de caminar por sí sola (te gusta recorrer la ciudad a pata, ¡a mí me gusta!). 2.- La media hora extra (tiempo, que representa $) que tardás por ir caminando en vez de ir en bondi te resulta más barata que el precio del bondi (en $). ¿Me hago entender? Es un concepto que, creo, siempre me cuesta explicar.

El costo de oportunidad es lo que dejamos de ganar por hacer algo (Ej: si decido emprender autónomamente, estoy dejando de ganar el sueldo que el mercado me pagaría) o, dicho de otra forma, es el precio en tiempo, guita o felicidad de la segunda mejor opción (o la mejor alternativa que “dejo pasar” -que no hice-).

Simplificación 2018: Especificar, focalizar y automatizar (parte de) la vida

En relación a una “nueva” regla que me quiero auto-imponer en este 2018 (que leí en algún libro este año, pero no me acuerdo en cuál), me acordé que el otro día me dijeron algo que me causó gracia: "¡Tenés una regla para todo! ¿No creés en el libre albedrío?". Salí de la conversación como un campeón, pero para mí no tiene mucho sentido ese razonamiento. ¡Soy fan del libre albedrío! ¡Justamente! Tengo reglas porque no quiero gastar mi limitada energía en decisiones banales que no aumentarán ni disminuirán mi felicidad agregada. Por eso, en un restaurante desconocido me pido el plato (o menú) del día, la pizza es mitad calabresa mitad provolone, los jeans son Levys y las camisas Zara. Buen, cuestión… haciendo honor a mi rol de pone-reglas, en este 2018, quiero laburar sobre el foco y la automatización (en 2017 fue un éxito en especificación). ¿De qué joraca hablo? De tres "claves" para sacar adelante cualquier proyecto (o parte de la vida misma en sí), a saber:

Sos más mainstream que el peronismo

Voy caminando por Av. Córdoba y me cruzo gente cool comiendo sano. Doblo por Av. Pueyrredón y veo muchos jóvenes musculosos haciendo “running”. Entro a un edificio gótico que está sobre Av. Las Heras y el curso de entrepreneurship de la FIUBA (donde colaboro como ayudante) está súper-poblado (todos quieren ser “emprendedores”). Todos mis amigos fuman marihuana, tienen iPhones y miran Netflix.

98 Bombas y Bombinhas de negocios e inversiones (y no de Santa Catarina)

Históricamente, he llevado un documento con “máximas” que se me ocurrían en viajes en bondi, esperando en consultorios o en breves momentos de iluminación laboral. Mi idea siempre fue utilizar a esas máximas como títulos para futuros posts. El problema es que ese documento hoy tiene ya 47 páginas A4 y no voy a llegar a explayarme sobre todo. Así que me decidí por seleccionar algunos de esos pensamientos y, sin retocarlos, largarlos acá como un bombardeo de frases random.

¿En qué coinciden? ¿En qué no?

Charlemos en los comentarios ;) … ¡dénle que hay muchas máximas más que picantes!

  1. A nivel personal y a nivel país, sólo se sale de la pobreza gracias a la fría acumulación de capital.
  2. ¿Cuánto valen, de verdad, los beneficios laborales? ¿Gana la mucama, con cama adentro, de Amalita Fortabat $ 60.000 por mes?
  3. En 1950 la gilada marxista creía que, para el 2000, no habría comida para 3/4 de la población mundial. Falló el pronóstico. Ahora hay que predecir la muerte de la humanidad para el 2050.
  4. En una época donde se valora más vivir experiencias que acumular propiedad privada, acumulá propiedad privada.

¿Leíste “Compradicción”? Este extracto me gustó… La posta del “Desafío Pepsi”

...En el 2005, Malcolm Gladwell planteó en Blink, su éxito de librería, una interpretación parcial. El reto de Pepsi era una prueba de “un sorbo”, lo que se conoce en la industriad de las bebidas gaseosas como una “prueba de punto central”. Cuando beben un sorbo, las personas tienden a preferir el producto más dulce (Pepsi en este caso), pero cuando beben una lata completa siempre está el fantasma de la posible elevación del azúcar en la sangre. Según Gladwell, esa esa la razón por la cual Pepsi salió ganadora en la prueba de degustación pero Coca-Cola continúo liderando el mercado.

Más guita no es sinónimo de más felicidad... ¡si y sólo si sos clase media alta o alta!

En EEUU, cuando superás el umbral de los USD 75.000 de ingreso anual, la guita ya no influye en nada en la felicidad (ver la posta sobre esto acá).

Ese número, sorprendentemente, es casi lo que los yankies consideran "upper-middle class" (clase media alta). Hoy, en EEUU, el 18% de la población está por arriba de esas 76 lucas anuales (poco más de 6 lucas verdes mensuales). Ese 18% está compuesto por un 14% de clase media alta y por un 4% de clase alta (que incluye al erróneamente odiado "one percent"). Así que ahí está la posta: ser clase media alta y, después, despreocuparse del dinero.

¿Emprendedor? ¡Evitale el dolor de pagar a tus clientes!

Dan Ariely es una fuente inagotable de inspiración. Hoy, transcribo una clase que preparé para EmprendING, basándome, en un 80%, en su magia. Lean sus libros.

Uno: Imaginen que van a comer afuera a un restaurant copado que encontraron en Guía Óleo. Les dan la posibilidad de pagar con efectivo o con tarjeta de crédito. ¿Qué opción creen los hará sentir peor? La mayoría de la gente se da cuenta que pagar en efectivo los hace disfrutar un poquitín menos la comida… pero, ¿por qué pasa eso?

Ahorrá más... ¡mañana! (behavioural finance papoteada con esteroides)

Lograr que ahorremos es un problema complicadísimo influenciado por una banda de hábitos, condiciones psicológicas y sesgos cognitivos. Abordar este problema desde lo económico, sería un error. La abrumadora mayoría de la clase media no tiene las habilidades necesarias para calcular cuánto debería ahorrar ni el autocontrol necesario para diferir consumo presente en favor de una vida mejor mañana (gracias al ahorro de hoy)… Pero, no somos ningunos boludos tampoco. Con algunos truquillos, podemos superar nuestras limitaciones pavotas e irracionales.

¿Querés ahorrar y no sabés cómo? #Idea. Emulá el plan de “Save More Tomorrow” de Thaler. El reconocido psicólogo norteamericano propuso un sistema por el cual los empleados de ciertas compañías se comprometían a ahorrar (mediante una deducción automática) un porcentaje de sus futuros aumentos de sueldo, previo a cobrarlos. ¿Hoy ganás 10 lucas? No te retienen automáticamente nada. ¿Mañana pasás a ganar 11 lucas? El sistema te retiene automáticamente 500 pesos y te los auto-deposita en un fondo de inversión para tu futuro.




Gracias al programa, Thaler logró que los empleados enrolados pasen de una tasa de ahorro del 3,5% a una del 11,6% en tan sólo 28 meses.

¿Cómo se te ocurre podés aplicar una idea así en tu vida, sin una empresa paternalista que te "obligue" a ahorrar (inclusive teniendo en cuenta es tu decisión ese ahorro)? ¿Cómo se puede hacer algo así sin la ayuda de Papá Empresa? ¡Escucho comentarios!

El "comentarista" que le busque la vuelta de tuerca más original al asunto se lleva, de regalo, una billetera del Cerdo Capitalista, hecha por los amigos de MataGalán.



PD: ¿Estás emprendiendo y hacés algo copado? Escribime, así llegamos a algún acuerdo (como el de aquí arriba con MataGalán) para promocionar tu marca en un blog con 73.000 visitantes únicos anuales.

¿Por qué no trabajamos menos?

El otro finde estuve en una reunión donde había un economista que dijo algo copado: "No entiendo como producimos 5 veces la riqueza anual que nuestros padres y, sin embargo, trabajamos igual o más que ellos"... ¡Posta! Yo no lo había pensado desde el lado del crecimiento, de la riqueza acumulada o del PBI... ¡pero es así!... el mundo produce cada año 3% más per cápita, anual compuesto aproximadamente... o sea... desde que nació mi vieja (1960) a hoy se produce 5 veces más (por el "interés compuesto" de 1,03 a la 55). En aquel entonces los laburantes ya trabajaban 9 horas diarias 5 días de la semana. A pesar de que nuestra productividad como especie se multiplicó por cinco, nuestro esquema de laburo promedio no cambió en nada.

En 1960 el PBI de la Argentina era de usd 26mil millones. Ese número, actualizado por inflación yankie en dólares, son usd 157mil millones de hoy. En ese entonces, había 21 millones de argentos. Hoy (2014), tenemos un producto bruto interno de usd 610mil millones que se reparte entre 41 millones de compatriotas... o sea, per cápita, somos dos veces más productivos (cada argentino produce el doble de riquezas). Crecimos mucho menos que el mundo (dadas las sucesivas crisis, no alcanzamos ese 3% anual compuesto mundial), pero tuvimos un crecimiento guaso (¡2X!).


¿Tendríamos que estar laburando 4 horitas por día hábil nomás? ¿Tendríamos que estar laburando 6 horitas diarias con un estilo de vida considerablemente mejor que la familia de clase media del 50'? ¿Por qué decidimos laburar más de 8 horas diarias, 5 días de la semana?

Notables en notables, coaching entre amigos

Una vez cada dos semanas, lideramos con mi amigo Tito Mazza (blogger del glorioso "Economía de todos y para todos") una juntada entre amigos (pocos: nunca más de 4) a la cual dimos en llamar “notables en notables” (mentes “notables” en bares notables porteños).

Somos como nuestro propio “Board of Advisors". Nos ayudamos mutuamente a mantenernos enfocados. El rol de cada uno es un poco animador (onda “cheerleader”) y un poco supervisor (onda “sacate la gorra, gato”).

Es importantísimo ponerse objetivos, pero es contra-producente contarle a todo el mundo cuáles son esos objetivos. ¿Por qué? Porque andar contando por ahí tus objetivos te proporciona un puchito de la felicidad que te proporcionaría CUMPLIR ese objetivo, por lo que engañás y confundís a tu cerebro premiándolo solo por ponerse el objetivo (y no por cumplirlo).

Sobre los objetivos que nos ponemos, éstos han de ser:

  • Específicos
  • Creíbles (sólo para vos)
  • Desafiantes (no algo que logres en status quo sin hacer nada diferente)

La filosofía que rodea estos encuentros es que una meta es un sueño con un deadline (y, si el sueño es cuantificable, ¡también cuantificado!).

Este laburo medio terapéutico, medio policía tiene como objetivo último encontrar “la pasión” de cada uno (y cómo materializar una vida basada en esa pasión). Si viene un amigo que disfruta de tocar la guitarra, el desafío es ver cómo puede vivir de tocar la guitarra. Si viene un amigo que quiere emprender un startup tecnológico, el desafío es ver cómo renuncia a su laburo y se dedica a lo que quiere sin morir de hambre en el intento. Si viene un amigo que quiere recorrer el mundo de mochilero, el desafío también es ver cómo materializarlo.

De estas gloriosas juntadas, empezó a surgir una “teoría de la felicidad en el laburo” (que, en general, es lo que más horas se lleva de nuestras vidas… sin lugar a dudas de Lun a Vie). Empezando por preguntarnos QUÉ nos motiva (no necesariamente en términos de laburo), en grupos de gente diversa, empezamos a dilucidar el por qué de nuestras metas u objetivos. Si un amigo se quiere ir a vivir al exterior, ¿por qué se quiere ir del país? Si un amigo siente que toca poco la guitarra, ¿por qué quiere tocar más la guitarra? De esta ensalada, empezamos a notar drivers bastante genéricos entre personas no muy genéricas.


Los drivers, que por ahora encontramos en “Notables en Notables”, para motivar a alguien a la acción son varios, siendo cada persona una combineta de varios drivers (en un porcentaje distinto). Los drivers son:

  1. Orgullo (el carpintero que, al terminar cada una de sus obras/muebles, siente una llama interna poderosa, un enamoramiento platónico con su obra)
  2. Significado / Trascendencia (el empresario que labura a lo esclavo porque cree que está cambiando el mundo, que está haciendo algo que va a "trascender"). Contra-ejemplo: El castigo de Sísifo o el experimento de los LEGOS de Dan Ariely. Si a una tarea se le saca al 100% la percepción de "significado", se la transforma en algo imposible de disfrutar (si disfrutás jugar con LEGOS y, sin embargo, ves que estás construyendo cosas "al pedo", ¡eso te quita el disfrute!).
  3. Camaradería (el rockero medio-pelo de 40 años que no le gusta la música sino pasar todo el día tomando birra con sus amigos, el pibe de 30 que abre un hostel para estar con gente copada todo el día, el empleado público de la ANSES que disfruta su día a día laboral casi en exclusivo gracias al mate diario con sus buenos colegas)
  4. Reputación (el profesional que quiere ser visto como el que sabe de tal rubro, el gasista orgulloso de su profesión que quiere ser reconocido como el especialista más especialista, etc.)
  5. Sentido de propósito: Tiene que ver con el Logro (el montañista que escala terrible montaña sufriendo todo el camino... una experiencia 100% de mierda, pura y exclusivamente para lograr algo que a nadie le interesa más que a sí mismo: ¡lograr el objetivo de llegar a la cima!). A alguien que le motiva mucho esto, nunca empezaría algo donde sabe que no puede llegar al Logro (por ejemplo, ¡al 90% de la montaña!)…
  6. Ayudar al mundo (el que labura full time gratis para Greenpeace)
  7. Guita (un broker que cree que toda la magia de la ingeniería financiera no le agrega valor a la sociedad en nada, pero igual labura 15hs por día para hacer la mayor cantidad de guita posible)
  8. Libertad (el dueño de un garage que está gerenciado por alguien hábil que lo maneja casi solo): Hacer lo que se te canta con tu tiempo. Poder decidir sobre tu día a día (puede tener que ver con “ser dueño”).
  9. Creación (el escritor que disfruta al terminar cada página): Está científicamente comprobado que las cosas que vos hacés te gustan más que las que comprás hechas. Googleá “IKEA effect”. Tiene que ver con el driver “orgullo”.
  10. Diversión


Es difícil adaptar cada driver a uno, pero se puede. Algunas cosas son difíciles de cuantificar pero capaz se las puede pensar relativamente ("este laburo me va a dar el doble de reputación, la mitad de guita e infinitamente más camaradería que el actual").

Otra cosa a considerar es que la guita puede pisar/reemplazar a otros drivers. Si te motiva mucho el LOGRO, podés ponerte un objetivo competitivo onda "quiero ser el graduado de mi colegio secundario que más guita gane por mes" y ahí estás transformando a la guita en motivación por "sentido de propósito" (logro). Asimismo, la guita también, indirectamente, compra libertad o te puede dar el tiempo para dedicarte a crear en lo que querés crear, o a hacer camaradería en el fulbito’ de los jueves con los pibe’.

Con toda esa coctelera de drivers (que detectamos hasta ahora), lo ideal es armar la propia "ecuación" de qué querés hacer en la mayor parte de tu tiempo (laburo). Yo creo que el mío es algo como: 30% significado, 30% guita, 20% orgullo/creación, 10% libertad, 5% camaradería, 5% diversión. O sea, soy un cerdo capitalista cuya ecuación de motivación tiene 30% guita y 70% no-guita.

Aplicando esta conclusión a mis dos primeros laburos, me saldría algo así:


Me motiva la guita en igual medida que el significado... y esto porque hoy no tengo suficiente guita. Cuando llegue a tener la guita suficiente para vivir de rentas (y elegir qué hacer con mi día a día al 100%), ahí sí muy probablemente baje la variable "guita" a un tercio de lo que es hoy.

De yapa les regalo esta "investigación" relacionada (e inventada y popularizada en la internet de la primera ola) que termina de ilustrar la razón que hay detrás de "Notables en Notables": En 1953 arrancó una investigación social, usando como ratitas de laboratorio a los alumnos de negocios de Yale. Tan sólo se les hizo tres preguntas: 1.- ¿Tenés metas concretas? 2.- ¿Las tenés escritas? 3.- ¿Tenés un plan para cumplirlas? El 84% no tenía metas concretas (sólo querían, entendiblemente, “ser felices” o “pasarla bien”). El 13% tenía metas pero nunca las había bajado a papel. El 3% tenía escrita sus metas. Todos los que tenían escritas sus metas, tenían un plan para alcanzarlas. El 13% que tenía metas (no-escritas) ganaban, en promedio, dos veces más que el 84% de los estudiantes que no tenían metas en absoluto. Mientras tanto, el 3% que había escrito sus metas (y tenía un plan para alcanzarlas) ganaba, en promedio, ¡diez veces más que el otro 97% de los graduados combinados! (delirante diferencia, considerando que ese 97% era profesional y ganaba bien).

Traición, disonancia cognitiva, o por qué no me voy a tatuar

Arranqué el 2014 traicionando a mi viejo “yo”.

El Santiago de 21 años estaría puteando a este Santiago de 27. Hace seis años, creía de forma tajante que comprar una propiedad era una pelotudez. Si un departamento de dos ambientes en un barrio masomenos copado está USD 70 mil dólares (aprox. $ 900.000) y ese mismo departamento se puede alquilar por tan sólo $ 4.000 mensuales; ¿para qué comprarlo si se puede alquilar forever and ever? Si uno quería llegar a “triunfar en la vida”, la decisión más coherente era ahorrar e invertir en activos que rindiesen MÁS que un simple inmueble porteño.

Hoy pienso distinto.

Quiero ser empresario, pero soy de clase media. Si quiero construir una familia además de emprender empresarialmente, necesito sí o sí arremangarme y construir un colchón a prueba de riesgos heavy cuanto antes (en los 20s y no en los 30s). Ese colchón lo arranqué a construir este año con un departamento de “ambiente y medio” en el glorioso barrio de Almagro (mi barrio de cuna).

A los 24 años me fui a vivir solo y empecé a entender qué significa (financiera y psicológicamente) pagar un alquiler mes a mes. Tres años después, me sentía un esclavo del propietario: Sí o sí tengo que tener un techo arriba de la cabeza. Es un gasto que no se puede cortar. Uno no puede “elegir” dejar de pagar el alquiler. Yo sí puedo elegir, por ejemplo, no cambiar el celular una vez por año como toda la gilada, o comprarme un auto 0km con un crédito prendario que me cobra el 50% de CFT anual. También puedo elegir si me voy de vacaciones a Uruguay o a Dubai, o si no me voy de vacaciones en absoluto. Puedo elegir si tomo una azucaradísima Coca Cola o agua de la canilla; así como si me compro unas alpargatas de 50pe o unas Nike Air Jordan de la Gran Zaraza de 3500pe. Puedo elegir cuándo tomarme un bondi de 3,50 y cuándo un taxi de 250. Si me gusta pagar una cochera de 1500pe mensuales, guardarle un lugarcito a mi bicicleta en el balcón o moverme caminando de un lado para otro también está en mis propias decisiones. Puedo elegir entre DirectTV Platino por 597pe mensuales y/o la tele de aire gratuita digital.

Quiero tener guita para ser libre. No disfruto mucho del consumo. Disfruto de la producción. Para producir, necesito asumir riesgos (pero ya no estoy dispuesto a asumir el riesgo de no tener un techo donde caerme muerto -como sí lo estaba a los 21-).


Quiero emprender, pero no quiero emprender con la presión fatídica de llegar a fin de mes (lo que me llevaría indefectiblemente a perder el rumbo de negocios).

A los 21 creía que sólo era posible progresar asumiendo riesgos zarpados (plenos de la ruleta, pero ¡para la vida misma!... apuestas con una probabilidad de ganar del 2,7%). Hoy veo a la vida como algo muchísimo más complejo. A los 27, creo que decidirme por “jugar un pleno” del 2,7% (Ej: dedicar todos mis ahorros y mi tiempo a un startup tecnológico con base en Baires) involucra postergar otras decisiones personales que también quiero poder decidir cuando se me cante y como se me cante.

… o todo lo contrario (y estoy racionalizando a posteriori mi decisión cagueta de cubrirme ante un riesgo zarpado que antes sí estaba dispuesto a asumir -justificada por la “disonancia cognitiva”!-)…



Mi filosofía de vida resumida en una imagen: Yo, vistiendo short de “La Salada” (10 pesos del 2008) y alpargatas del Once (49 pesos del 2012), pisando un depto nuevo de 900.000 pesos del 2014.


PD: Este primer depto tiene 31m2 (15,5m2/persona) y, como cierre del post, suman las palabras del amigo Alek Lisefski (que llevó al extremo la pequeñez y la simpleza): “Habitar un espacio pequeño me obligará a vivir de una manera más simple, más organizada y más eficiente” (otro de mis objetivos de vida! :D)

5 TED Talks gloriosas de Economía Conductual

Sendhil Mullainathan: Solving social problems with a nudge (2009)


¿Cómo resolvemos el problema de la “última milla”? Solemos pensar que cuando llegamos a la innovación tecnológica ya resolvemos el 100% del problema. En general, ¡no! El “problema humano” (la “innovación humana”) sigue estando. El, ¿cómo actúa la gente, por qué, etc?

Combinar a la psicología, el marketing y el arte con el método científico.
Tener ideas, testearlas, ver si funcionan, volver a empezar, tener nuevas ideas hasta que alguna funcione y escalarla.


Dan Gilbert: The psychology of your future self (2014)



¿Por qué hacemos decisiones que nuestros futuros “yo” se arrepienten? Entendemos mal el concepto del tiempo. Cambiamos menos cuanto más grandes somos, pero siempre subestimamos el cambio que tendremos (personalidad, valores, gustos, éxito, etc.). Sobreestimamos la estabilidad, probablemente por lo fácil que es recordar contra lo difícil que es imaginar. La única constante de nuestras vidas es el cambio.


Paul Piff: Does money make you mean? (2013)


Jugando al “Monopoly” como jugador privilegiado: ¿Cómo actúa la gente cuando se siente rica? Mal. A medida que uno escala en la escala social, reduce su compasión y empatía pero aumenta el sentimiento de merecimiento (de la riqueza o posición).

Dan Ariely: Are we in control of our decisions? (2009)



Tal como nos passa con las ilusiones visuales (nuestra intuición nos engaña, aunque sepamos las respuestas correctas), estamos evolutivamente diseñados para ver "ilusiones cognitivas" que nos hacen tomar malas decisiones (irracionales). Por ejemplo, ¿por qué hay tanta diferencia en la cantidad de gente que decide ser donante de órganos en países culturalmente muy similares? La respuesta radica en el poder del default (lo que viene predeterminado para elegir). En los países donde hay muchos donantes, el formulario que invita a donar órganos tiene un checkbox (cajita para tildar) que dice "Tilde aquí si se quiere oponer a donar órganos". La mayoría no tilda, así que queda como donante. Por el otro lado, en los países donde hay pocos donantes, el form tiene un checkbox que dice "Tilde aquí si quiere ser donante de órganos". La mayoría no tilda, así que queda como NO donante.


Dan Ariely: What makes us feel good about our work? (2013)



Tenemos una visión muy simplista sobre qué motiva a la gente a laburar: Creemos que el dinero es el principal (o hasta único) motivador... pero, entonces, siguiendo esta lógica, ¿cómo justificamos que un montañista escale una montaña sufriendo todo el camino sin cobrar un sope? Nos importan muchas más variables que el dinero. Los drivers que nos hacen felices en el laburo son varios: la reputación, el sentido de propósito, el significado, el orgullo, la camaradería, etc.

Todos somos enfermos mentales...

…pero tranqui: tenemos tan poquito de cada enfermedad mental, que podemos actuar “normalmente” en sociedad. Desde no poder poner el volumen de la TV en 13 (10, 15 o ¡nada!), hasta no poder acostarse a dormir si no está hecha la cama, todos tenemos peculiaridades y generalidades que nos hacen enfermitos. Una de esas generalidades que nos hace irracionales, impulsivos y medio pavotes es el hecho de que no podemos relacionarnos bien con la guita (ninguno de nosotros, por más racionales que nos creamos).

Tres ejemplos y ahondamos en cómo estoy logrando mi objetivo anual de ahorrar más que el país más ahorrador del mundo (Qatar, 62%)…

1.- La plata es un concepto muy abstracto para nuestras cabecitas irracionales. Nos pone mucho más felices recibir, de regalo, un libro que nos gusta de $ 150 que recibir $ 300 en efectivo (cuando, en realidad, debiéramos sentirnos más felices con lo segundo si nuestro esfuerzo de cambiar 300pe por dos libros vale menos que 150pe).




2.- No somos buenos pensando en el costo de oportunidad del dinero (ni de nuestro tiempo, representado en dinero). Si vamos a comprar un auto 0km por $ 100.000 y nos ofrecen, como oferta por única vez, agregarle el levantavidrios automático al 50% del precio de lista ($ 5.000 en vez de $ 10.000), nos parece una ganga que no podemos desaprovechar.

Ante una situación así, la mayoría de nosotros hace dos cosas: Primero, quedamos anclados en los 10k y que nos digan después que hay 50% de descuento nos parece espectacular. Nos hace creer que somos muy buenos compradores. Segundo, comparamos consciente o inconscientemente los 5k con los 100k y nos decimos: “Es sólo 5% más, dale para adelante campeón. Con lo que trabajás, ¡te lo merecés más que nadie!”.

La primer minoría (o la segunda mayoría), piensa en términos de costo de oportunidad en el mismo rubro y en el mismo producto: autos y levantavidrios automáticos. Este grupo analiza, racionalmente y en detalle, si el precio de $ 5.000 es un “precio justo” para lo que está por comprar. Estos humanos se fijan cuánto está el levantavidrios en Ford, Fiat, Renault y Volkswagen. Recién después, deciden.

La minoría minoría (muy poquitos) analiza el asunto más racionalmente cruzando a esos $ 5.000 con una estimación subjetiva de “disfrute” de esa diferencia en el auto versus horas trabajadas para conseguir esos $ 5.000 versus otros productos de otras categorías (leches largavida, postrecitos Jimmy para los chicos, días de vacaciones extra, etc, etc.). Como diría Yoda, a estar en esta minoría esperar debiéramos. Es jodido (y hasta agotador) pensar en estos términos ante cada mínima decisión, pero, aunque sea, nos conviene pensar en el dinero de forma concreta comparándolo cross-producto y cross-ingreso ante decisiones importantes (por ejemplo, que representan más de una semana entera de laburo).




3.- Consciente o inconscientemente, estamos sesgados para favorecer al lapidar nuestro dinero en el presente, hayámonos o no puesto objetivos de ahorro. Igual… ¡que no decaiga! Esto tiene una solución muy pero muy simple (siempre y cuando quieras ahorrar, dado que ahorrar por ahorrar no es necesariamente bueno): Ponernos deducciones automáticas para ahorrar apenas cobramos. ¿Ganás 10 lucas y querés ahorrar 1000pe mensuales? Decile a tu banco que, el primer día de cada mes, te saque mil pesos y te los transfiera a un plazo fijo excepto que vos digas lo contrario. El default será que ahorrarás 10% y tendrás que hacer un esfuerzo para ir en contra de ese default. Además, dispondrás de menos dinero palpable durante el mes lo que te hará creer que efectivamente ganás 9000pe y no 10k. Nos conviene sacar a esos pesitos fuera de nuestro propio control para lograr ahorrar más y gastar menos. Por más vivos que seamos o nos creamos, si dependemos de nuestro mecanismo de toma de decisiones durante el día a día, fallaremos. Si, por el contrario, nos sentamos un día a pensar (lo más racionalmente que podamos) cuánto nos conviene ahorrar (10%, 20%, 50%, etc.) y después creamos una regla que se ejecute automáticamente en el futuro, tendremos éxito.



Este glorioso tip (deducciones automáticas) es lo que me permitió, este año, ahorrar como un catarí (+62%) en pos de alcanzar mi “misión” de hacer la de Olaudah Equiano (escritor africano que compró su propia libertad en 1766).

De mis seis objetivos de este año, uno sólo es económico. Tiene dos patas pero es una única meta: Terminar el 2014 con más de USD 25.000 de patrimonio neto individual (o USD 50k de patrimonio familiar con mi novia), y con un 25% de mi ingreso mensual no-Tenaris (mi actual empleador).

Para cumplir ambas partes del objetivo, pusimos todo lo que teníamos (y un poco más) en un depto en pozo en Almagro y en un depto destruido en Balvanera. Pusimos mucha plata de arranque para Almagro y un poco de plata para Balvanera. En Almagro, nos quedó una deuda con la constructora por el 50% de la propiedad que arrancó, a principio de año, en $ 10.000 mensuales (hoy, casi 14k gracias a la inflación). En Balvanera, nos quedó una deuda hipotecaria por el 85% de la propiedad con cuotas de aproximadamente $ 4.000. Además, nos quedaron deudas con familiares ($10.500 mensuales) y un crédito personal que agarramos para completar la guita de arranque de ambos deptos.

No tengo pruritos con el tema plata… así que les cuento detalles sobre la magia…  Por mes, devolvemos un promedio de $ 32.000 con cuotas pre-establecidas que automáticamente se nos debitan de nuestras cuentas. Esto representa más del 80% de nuestro ingreso mensual y nos permitió superar nuestra meta anual: Ahorrar más que el país más ahorrador del mundo (Qatar, 62%), con un “plan automático de ahorro”.

Asimismo, lo invertido en ambos deptos ya nos generó rentas que representaron el 34% de nuestros ingresos netos del 2014.



Resumiendo…
Misión de largo plazo: Hacer la de Olaudah Equiano > Ahí vamos…
Objetivo 2014: + de USD 25k de patrimonio, y +25% de ingreso “diverso” > ¡Hecho!
Meta 2014: Ahorrar como un catarí > ¡Hecho!

Somos irracionales y nuestras decisiones son muy fácilmente manipulables

Al terminar el colegio secundario, arranqué la licenciatura en Economía en la FCE-UBA y la carrera corta de Edición en FILO-UBA. En aquel momento, estaba emprendiendo en lo editorial y me parecía que ese era “mi camino”. Después, me cambié a Administración, abandoné Edición y meché materias de Contador. Empecé a mezclar un montón de cosas distintas (cursos de periodismo, MOOCs de psicología, etc.). Una de las materias que más me gustó fue “Teoría de la Decisión”. Desde ahí, y gracias a leer informalmente a varios psicólogos, llegué a la “economía conductual”… ¿y qué joraca es la economía conductual? Es una ciencia/mezcla nueva entre psicología y economía que trata de responder:

  • por qué la mayoría de la gente está dispuesta a pagar más por un seguro de vida exclusivamente contra terrorismo que por un seguro de vida contra todo riesgo (una insensatez total).
  • o por qué la mayoría de la gente valora muchísimo más un ticket para un recital si ya lo tiene en la mano (si ya lo pudo comprar), que si no lo tiene y debe ofertar un valor para poder comprarlo.
  • o por qué si la revista “The Economist” ofrece sólo dos opciones de suscripción a USD 59 mensuales por la versión online y USD 129 por la suscripción a la versión impresa, el 49% elige el primero y el 51% el segundo pero si se agrega una tercera opción que nadie elegirá, mágicamente cambian las preferencias de los consumidores.
  • o por qué si uno le regala algo a alguien y un ratito después otro le pide para una colecta de UNICEF contribuye desproporcionadamente más que si no le regalan nada previo al mangazo.


…entre otros ejemplos de comportamiento irracional que desafían innumerables postulados de todas las escuelas económicas (desde el marxismo hasta el neoliberalismo).

Cuando arranqué con esto de la economía conductual con unos amigos preparamos un test preguntando: ¿En qué país hay más donantes de órganos? (inspirándonos en Dan Ariely, por el ejemplo, y en Hans Rosling, por la metodología). Le pedimos a estudiantes universitarios y a profesionales graduados que eligiesen un país de cada par.

  • Dinamarca (4% de donantes) vs. Suecia (86% de donantes)
  • Holanda (28%) vs. Bélgica (98%)
  • UK (17%) vs. Francia (99%)
  • Alemania (12%) vs. Austria (99%)

En la FIUBA y la FCE, los estudiantes universitarios acertaron 1,54 respuestas sobre 4 posibles. Lo cual quiere decir que saben menos de “Teoría de la Decisión” y de “Economía Conductual” que los chimpancés (que hubiesen acertado 2 sobre 4).



También hice esta encuesta entre empleados WC (“White Collar”: profesionales, de cuello blanco) de mi laburo y, entre 55 colegas, los resultados mejoraron… quedaron ahí cabeza a cabeza con los chimpancés (1,86 sobre 4).

La mayoría de la gente, tanto en la FIUBA, en la FCE como en mi laburo, eligieron al país “más serio” de cada par. No prestaron atención a la variable más importante: el formulario (que también les mostré al momento de hacerles las preguntas). En ningún país era obligatorio donar órganos, pero en la mitad de los países la opción “default” era ser donante de órganos y en la otra mitad el “default” era NO serlo… O sea… la decisión pasaba mucho más por si el checkbox decía “Tilde si quiere ser donante de órganos” o “tilde si NO quiere ser donante de órganos”, que por cualquier otra variable: La mayoría de la gente NO tilda checkboxes… y, de esta forma tan irracional, es como se toman muchísimas decisiones importantes.



En estos sencillitos ejemplos nos damos cuenta que somos irracionales y nuestras decisiones son muy fácilmente manipulables. Ya sea para decidir si querés o no salvar vidas (¡algo importante!) o para decidir qué suscripción a “The Economist” te conviene contratar, no hace falta más que una tercera opción mentirosa o un checkbox...

Estallaron los eventos TED en Argentina y… ¡hasta yo fui orador!

En su momento compartí en esta gloriosa bitácora, que este 2014 me había puesto tan sólo seis objetivos. Uno de ellos era hablar sobre economía conductual en una TEDx. El pasado Viernes 11/04 se llevó a cabo en Campana la segunda TEDxTenaris y, gracias a esfuerzo+azar+contactos, tuve la oportunidad de hablar del “efecto ancla” (sesgo cognitivo, que explica varios comportamientos estudiados por la eco conductual). Durante este último mes (Mar-Abr) le puse muchísimo foco (de tiempo y energía) a hacer una buena presentación. Por suerte, el feedback oficial acompañó mi esfuerzo. Objetivo cumplido/tachado.

Dado me gusta hacer muchas cosas, me sentí cómodo con esto de poner-foco/hacer/cambiar. A diferencia del año pasado, siento que este año estoy manejando mejor (por ahora) la energía. Me está sirviendo mucho ponerme objetivos bi-mensuales y dedicar dos meses a full a cumplirlos (descubriendo, en el camino, qué me gusta y qué no de esa experiencia). ¿Quiero ser orador TEDx? Pongo todo en segundo plano por dos meses y me enfoco en eso sólo. Obviamente este pseudo-método de organización del tiempo, no sirve para proyectos grandes, ambiciosos o “cambiadores del mundo” pero sí sirve mucho como parte de un período de descubrimiento y “touchs and goes” sobre varios temas (que decidí era lo mejor para mi 2014).


Volviendo a “TED”… ¿No estás entendiendo un joraca de qué la va este post? ¿No sabés lo que es “TED”? TED es un ciclo de conferencias pulenta pulenta que se hace todos los años (una vez al año) en California. Van personalidades de primerísimo nivel mundial de gran variedad de disciplinas (Ej: Bill Gates, Bono, Jeff Bezos, JJ Abrams, Dan Ariely). Este evento, que dura cuatro días completos, está compuesto de decenas de charlas cortas que van desde los 5 hasta los 18 minutos donde estos champions comparten una idea que vale la pena ser difundida (slogan de “TED”). Este evento nació en 1984 (¡antes que yo!) y arrancó compilando charlas de Tecnología, Entretenimiento y Diseño (de allí “TED”). Algo loco de este ciclo de conferencias es que es carísimo asistir al mismo, pero después se suben todas las charlas a Internet (haciendo libre y gratuito ese conocimiento).

Recién en el año 2009, la organización sin fines de lucro que organiza “TED” puso en funcionamiento el programa “TEDx” para que cualquiera pueda organizar su propia “TED” en su comunidad (ciudad, universidad, empresa o escuela), haciendo uso de la marca y de ciertos lineamientos que ordenan la forma de presentar estas “ideas que vale la pena difundir”. Ese mismo año, el formato llegó a la Argentina (específicamente a Mar del Plata) con un único evento de muy bajo perfil: TEDxIndigo. En el 2010, el formato “TEDx” llegó a Buenos Aires de la mano de la (ya extinta) TEDxBuenosAires a todo culo (y con mucha prensa) y, gracias a eso, se concretaron ocho eventos durante 2010. Después, le siguió el estallido: 14 eventos en 2011, 23 en 2012 y 31 en 2013 (llegando, en este último año, a una TEDx argenta cada semana y media).


Durante los últimos dos años, hubo 39 eventos TEDx diferentes en Argentina, a saber:



Supongamos un promedio de 15 oradores distintos por evento (en RíodelaPlata hay 25, en Rosario hay 14 y en Tenaris, 8). Desde el 2009 a hoy, ya hubo 80 eventos en Argentina. Mínimo, hay 1200 oradores TEDx argentos. ¡Ya no es un grupo tan selecto! (para mi suerte muajaja!)

Otras 10 respuestas utópicas que nos daría Taleb


11.- ¿Pueden las empresas cambiar de rumbo radical y oportunamente?

Coca-Cola empezó como un producto farmacéutico. La selecta joyería Tiffany & Co. Fue una papelería en sus inicios. Raytheon, que diseñó el primer sistema de guiado de misiles, empezó fabricando heladeras. Nokia, que llegó a ser el mayor fabricante de teléfonos móviles, empezó siendo una fábrica de papel (y, en una época, fabricó chancletas de goma). DuPont, hoy famosa por el teflón que recubre las sartenes antiadherentes, las encimeras de Corian y el resistente tejido Kevlar, comenzó fabricando explosivos. Avon, la empresa de productos cosméticos, era en origen una empresa de venta de libros a domicilio. Oneida (ahora especialista en productos de plata) era una secta religiosa que, por  cuestiones de regulación, se constituyó en Sociedad Anónima como tapadera.

12.- ¿Cómo hay que conformar un buen portfolio de inversión?

Con el fin de lograr antifragilidad, es recomendable la doble actitud de ir a lo seguro en algunas áreas (robusto entre los Cisnes negros negativos) y de asumir muchos riesgos pequeños en otras (abierto a los Cisnes Negros positivos). Esto equivale a una aversión extrema al riesgo por un lado y a una atracción extrema al riesgo por el otro, en lugar de asumir un riesgo “moderado” que, en el fondo, es un juego de tontos (porque un riesgo intermedio puede estar sujeto a unos errores de medición enormes).

La antifragilidad consiste en combinar paranoia y agresividad: reducir lo desfavorable, protegerse del daño extremo y dejar que lo favorable, los Cisnes Negros positivos, se ocupen de sí mismos.

13.- ¿Cuál es la mejor forma de trabajar?

Si tengo que trabajar encuentro preferible (y menos desagradable) trabajar con intensidad unas pocas horas y no hacer nada el resto del día (suponiendo que no hace nada realmente sea no hacer nada) hasta que me recupero por completo y tengo ganas de repetir, en lugar de caer en un tedio al estilo japonés, ese que consiste en pasarse horas y horas en la oficina trabajando con muy poca intensidad y sufriendo privación de sueño.

14.- ¿Entendemos mejor lo simple o lo complejo?

Cuanto más sencillo y evidente es un descubrimiento, menos equipados estamos para entenderlo mediante métodos complejos. Lo importante solo puede revelarse por medio de la práctica.

Los gobiernos y las universidades han hecho poco, muy poco por la innovación y el descubrimiento precisamente porque, aparte del racionalismo que los ciega, buscan lo complejo, lo sensacional, lo noticiable, lo narrado, lo científico y lo espectacular, rara vez algo como la maleta con ruedas (que se inventó después de que el hombre llegase a la luna). La simplicidad no otorga laureles.

Las personas con el cerebro lleno de humo y de métodos y trucos complejos acaban pasando por alto cosas muy elementales. Las personas del mundo real no se lo pueden permitir; de lo contrario, estrellan el avión. A diferencia de los investigadores, han sido seleccionadas para sobrevivir, no para complicarse la vida. Menos es más: Cuantos más estudios, menos evidentes se hacen las cosas elementales pero básicas; por otro lado, la actividad desnuda las cosas hasta dejarlas en su forma más simple.

15.- ¿Por qué variable tendríamos que evaluar a los empresarios?

Los empresarios se seleccionan para ser simplemente hombres de acción, no pensadores,  y los hombres de acción hacen, no hablan, y sería injusto, erróneo y de lo más insultante medirlos por su forma de hablar. Lo mismo sucede con los artesanos: su calidad reside en sus productos, no en su conversación. Por otro lado, los burócratas, al carecer de una medida objetiva del éxito y ante la ausencia de fuerzas de mercado, se seleccionan por los “efectos halo” del aspecto externo y la elegancia. El efecto secundario es que suelen ser mejores conversadores. Seguro que en una cena con un empleado de Naciones Unidas saldrían temas más interesantes que en otra con un primo de Tony el Gordo o con un empresario informático obsesionado con los circuitos.

16.- ¿La educación formal genera riqueza?

La educación formal, en lugar de generar riqueza, es un producto de ella. La asunción de riesgos antifrágil (no la educación ni la investigación organizada y formal) da lugar en gran medida a la innovación y al crecimiento.

Harvard es hoy como un reloj de Cartier o un bolso de Vuitton.

17.- ¿Cuál es la diferencia entre el humano y el resto de los animales?

La diferencia entre el ser humano y los restantes animales reside en su capacidad de colaborar, de emprender negocios, de dejar que las ideas copulen. La colaboración ofrece unas ventajas explosivas: es lo que en matemática se llama una función superaditiva, es decir, que uno más uno es más que dos, y uno más uno más uno es mucho, mucho más que tres.

18.- ¿Emprendimiento chico o multinacional gigante?

A pesar de lo que se estudia en empresariales sobre las “economías de escala”, el tamaño nos perjudica en tiempos de estrés: no es buena idea ser grande en épocas difíciles. Algunos economistas se han preguntado por qué las fusiones de grandes empresas no parecen rendir como se espera. La unidad resultante de la fusión es mucho más grande y, por lo tanto, más poderosa, y según las teorías de las economías de escala también debería ser más “eficiente”. Pero los números demuestran que, en el mejor de los casos, los beneficios no se corresponden con ese aumento de tamaño.
En el campo de la gestión de proyectos, un aumento en el tamaño de los proyectos se plasma en malos resultados y en unos costes cada vez más elevados de los retrasos en proporción al presupuesto total. Pero hay un matiz: lo que importa es el tamaño de cada segmento del proyecto, no el del proyecto en sí; hay proyectos que se pueden dividir en partes, pero otros no. Por ejemplo, los proyectos para construir puentes o túneles suponen una planificación monolítica porque no se pueden descomponer en partes más pequeñas; el exceso sobre lo que se ha presupuestado aumenta claramente con el tamaño. (caso contrario: las carreteras).

19.- ¿Cuál es el lugar más antifrágil del planeta?

Suiza, porque se beneficia de las crisis que se dan en el resto del mundo.

20.- ¿Cómo será el futuro?

El método de profecía por vía negativa es el único válido. Lo que hoy es frágil será sustituido por otra cosa, pero esa “otra cosa” es impredecible.

Cuando se nos pide que nos imaginemos el futuro, tendemos a tomar el presente como referencia para, a continuación, especular sobre un destino al que añadimos toda una serie de tecnologías y productos nuevos, y de cosas que más o menos tienen sentido a partir de cierta interpolación de la evolución pasada de los acontecimientos. También representamos esa sociedad futura con arreglo a nuestra utopía del momento. De ahí que tendemos a tecnologizar en exceso y a infravalorar el poderoso valor de elementos como las rueditas de las maletas que nos acompañarán durante los próximos milenios.



…Para lo perecedero (Ej: la vida de una persona), cada día adicional de vida se traduce en una esperanza de vida más corta. Para lo imperecedero (Ej: la edición de un libro), cada día adicional puede suponer una esperanza de vida más larga.

10 genialidades copantes que respondería Taleb

Seremos antifrágiles a una fuente dada de volatilidad si las ganancias potenciales superan a las posibles pérdidas (y viceversa). Si algo es frágil, la amenaza de que se rompa implica que todo lo que hagamos para mejorarlo o hacerlo “eficiente” será inútil si antes no reducimos el riesgo de rotura.

1.- ¿Cómo podemos innovar?

Para empezar, debemos meternos en algún aprieto serio, pero no irreparable. La innovación y la sofisticación surgen de una situación inicial de necesidad a la que se responde con algo que va mucho más allá de satisfacer esa necesidad (por ejemplo, pueden ser efectos no buscados de un invento o de un intento de inventar algo). “La sofisticación nace del hambre” (artificia docuit fames). Ídem: “El hambre agudiza el ingenio.” Lo que innova es el exceso de energía que se libera al sobre reaccionar a un contratiempo.
Los “modernos” intentan innovar partiendo de una situación e comodidad, seguridad y previsibilidad en lugar de aceptar la noción de que la inventiva surge de la necesidad.

2.- ¿Cómo sacar lo mejor de los mejores?

La ausencia de retos perjudica a los mejores:
  • Los mejores caballos pierden cuando compiten con otros más lentos y ganan con rivales a su altura.
  • Muchos rinden más en cálculo avanzado que en cálculo básico.

3.- ¿Qué dice nuestra forma de vestir?

Con pocas excepciones, quienes visten de forma extravagante tienen una reputación robusta o incluso antifrágil; en cambio, quienes van bien afeitados y llevan traje y corbata hasta en la playa son frágiles a la información sobre ellos:
  • El artista es antifrágil. Nada que pueda hacer un escritor y que salga en la primera plana de las revistas podrá ser perjudicial para su libro. Prácticamente ningún escándalo puede dañar a un artista.
  • Alguien que gane poco más del salario mínimo, por ejemplo, un obrero de la construcción o un taxista, no depende demasiado de su reputación y es libre de tener sus propias opiniones. Son robustos.
  • Un mando intermedio de un banco con una hipoteca sería extremadamente frágil. En realidad sería totalmente prisionero del sistema de valores, que lo invitaría a ser corrupto hasta la médula por su adicción a las vacaciones anuales en Barbados. Lo mismo cabe decir de un funcionario de Washington.

4.- ¿Estaría bueno poder predecir el futuro?

Si pudiera predecir exactamente cómo me va a ir el día, me sentiría un poco muerto. La aleatoriedad es necesaria para la verdadera vida. En el hábitat ancestral, los seres humanos nos veíamos impulsados por estímulos naturales (miedo, hambre, deseo) que hacían que nos ejercitáramos y nos adaptáramos a nuestro entorno. En la vida ancestral, toda la vida se regía por estímulos aleatorios y no había nada, fuera bueno o malo, que se pareciera a un trabajo. Era una vida peligrosa, sí; pero aburrida, nunca. Es verdad que la vida de entonces podía ser “breve y brutal” pero utilizar los aspectos desagradables de aquella vida como el precio a pagar si evitamos las torturas modernas es un grave error lógico. No hay razón para no desear las ventajas de las dos formas de vivir.

5.- ¿La fragilidad de una unidad hace más frágil al sistema?

En un sistema, el sacrificio de algunas unidades suele ser necesario para el bienestar de otras unidades o del todo. La fragilidad de cada empresa nueva es necesaria para que la economía sea antifrágil. Lo que hace, entre otras cosas, que el espíritu emprendedor pueda funcionar es la fragilidad de los emprendedores como individuos y su índice de fracasos necesariamente elevado.
  • Si cada restaurante fuera robusto como unidad, y por lo tanto inmortal, el negocio global se habría estancado o debilitado y lo mejor que serviría sería un menú de bar, y con ello quiero decir un menú de bar al estilo soviético. Además, sufriría los efectos de carestías sistémicas y, de vez en cuando, se caería en una crisis total y tendría que ser rescatado por el gobierno. La calidad, la estabilidad y la fiabilidad de los restaurantes se deben a su propia fragilidad individual.

El aspecto más interesante de la evolución es que solo actúa gracias a su anti fragilidad. Le encantan los estresores, el azar, la incertidumbre y el desorden, y si bien los organismos individuales son relativamente frágiles, el patrimonio genético se beneficia de las crisis para mejorar su capacidad de adaptación.

Si cada accidente aéreo reduce la probabilidad de que ocurra el siguiente, cada vez que quiebra un banco la probabilidad de que quiebre otro aumenta. Debemos eliminar esta segunda clase de error en nuestra construcción de un sistema socioeconómico ideal.

Mi caracterización de un perdedor es la de alguien que después de cometer un error no reflexiona sobre él, no lo aprovecha, se siente avergonzado, se pone a la defensiva en lugar de enriquecerse con esta información nueva y trata de explicar por qué ha cometido el error en lugar de seguir adelante. Las personas así suelen creerse “víctimas” de un complot, de un jefe horrible o del mal tiempo.

Los intentos de eliminar el ciclo comercial conducen a la madre de todas las fragilidades. Del mismo modo que un poco de fuego aquí y allá elimina el material inflamable de un bosque, un poco de daño aquí y allá en una economía elimina las empresas vulnerables con antelación suficiente para dejar que caigan pronto (y para que puedan volver a empezar) y minimizar el perjuicio a largo plazo para el sistema.

6.- ¿Tu profesión es frágil o antifrágil?

La modernidad hace que Extremistán aumente. Los efectos de “el que gana se lo lleva todo” van a peor: el éxito de un escritor, de una empresa, una idea, un músico o un deportista o es planetario o no es nada. Esto empeora la previsibilidad porque casi toda la vida socioeconómica de hoy está dominada por Cisnes Negros. Es como si nuestra sofisticación nos situara siempre por delante de nosotros mismos creando cosas que cada vez somos menos capaces de entender.

Nada que pueda hacer como escritor y que salga en la primera plana de las revistas podrá ser perjudicial para mi libro. Prácticamente ningún escándalo puede dañar a un escritor. Los artistas son antifrágiles.

Alguien que gana poco más del salario mínimo, por ejemplo, un obrero de la construcción o un taxista, no depende demasiado de su reputación y es libre de tener sus propias opiniones. Es robusto.

Por otro lado, un ejecutivo de nivel medio de alguna multinacional que cotiza en bolsa, de esos que nunca se la juegan vistiendo de manera informal y que siempre van con traje y corbata, es una víctima total de la antifragilidad de la información. Un mando medio de un banco con una hipoteca es extremadamente frágil.

Con pocas excepciones, quienes visten de forma extravagante tienen una reputación robusta o incluso antifrágil; en cambio, quienes van bien afeitados y llevan traje y corbata hasta en la plata son frágiles a la información sobre ellos.

7.- ¿Por qué le va bien a Dinamarca o a Suiza?

¿Cómo puede ser que Dinamarca, uno de los países más felices del mundo (suponiendo que la felicidad sea mensurable y deseable), tenga un Estado tan grande que roza lo monstruoso? Es un caso similar al de Suiza. El Estado existe como recaudador de impuestos, pero lo recaudado lo gastan los municipios por y para los municipios, como por ejemplo destinando fondos a formación profesional en función de lo que cada municipio considere necesario para responder a la demanda de trabajadores por parte del sector privado. Las elites económicas tienen más libertad que en la mayoría de las otras democracias, algo muy diferente del estatismo que parece adivinarse desde el exterior.

8.- ¿Cómo hacer para que la gente arriesgue más?

Hay datos empíricos de sobra que señalan que ofrecer a alguien una previsión numérica al azar hace que esa persona se arriesgue más aunque sepa que la previsión es aleatoria.

9.- ¿En qué empresas invertir?

Nunca pidas su opinión, su pronóstico, ni su recomendación a nadie. Pregúntale simplemente qué tiene (o no tiene) en su cartera de activos.

Creo que obligar a los investigadores a comerse lo que cocinan siempre que sea posible solucionaría un grave problema en ciencia. ¿El investigador científico que tiene ideas aplicables al mundo real utiliza sus propias ideas en su vida cotidiana? Si lo hace, tómenlo en serio. Si no, ignórenlo.

Warren Buffet intenta invertir en negocios que sean “tan buenos que hasta los pueda dirigir un idiota; porque, tarde o temprano, alguno lo hará.”

10.- ¿Por qué vivimos cada vez más?

Hay que recurrir a las técnicas médicas cuando la recompensa en términos de salud sea muy grande (Ej: salvar una vida) y sobrepase a todas luces su potencial daño. Lo mismo sucede con la intervención de los gobiernos. En situaciones en las que los beneficios de un medicamente, un procedimiento o un cambio nutricional o de estilo de vida parecen pequeños (Ej: aquellos dirigidos simplemente a obtener un mayor confort), nos enfrentamos a un “problema del tonto”. Al igual que sucede cuando tratamos de considerar si un vaso está medio lleno o medio vacío, hay situaciones en las que nos centramos en la ausencia de pruebas y otras en las que atendemos más a las pruebas mismas. En algunos casos, podemos ser confirmatorios, pero no en otros: dependerá de los riesgos. Ej: En el tabaco, que, en un pasado no muy remoto, se consideraba que proporcionaba pequeñas ganancias en placer e incluso en salud. Transcurrieron décadas antes de que su efecto perjudicial se hiciera visible. Pero si alguien hubiera cuestionado las bondades del tabaco, se habría encontrado con esa ingenua reacción típica del falso experto: “¿tiene usted pruebas de que sea dañino?”.

Lo que hace la madre naturaleza es riguroso hasta que se demuestre lo contrario; lo que hacen los seres humanos y la ciencia es defectuoso hasta que se demuestra que no lo es.

Si de verdad queremos centrarnos en lo estadísticamente significativo, nada hay en este planeta más próximo a la significación estadística que la naturaleza, tanto por el dilatadísimo historial de esta como por la obvia significación estadística que le proporciona su gigantesca experiencia (es decir, por el hecho de que haya logrado sobrevivir a tantos y tantos sucesos de Cisne Negro).

La esperanza de vida se ha incrementado debido a la combinación de numerosos factores: la higienización, la penicilina, el descenso de la criminalidad, la cirugía (cuando se dedica a salvar vidas) y la labor de algunos profesionales de la medicina que intervienen en situaciones que comportan grave riesgo para la vida de las personas. Comete un serio error quien del hecho de que vivamos más gracias a la medicina infiere que todos los tratamientos médicos contribuyen a que vivamos más tiempo.



Otro error típico de quien se deja engañar por el azar es pensar que, como al esperanza de vida al nacer solía estar en torno a los 30 años hasta el siglo pasado, las personas vivían solamente 30 años. La esperanza de vida a los 20 años de edad se incrementó solo desde 43 años adicionales (en 1900), hasta los 51 de 1950 y los 58 de 2002.