EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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Nine ½ Máximas anti-bananeras

Bananerismo refiérese a “país pedorro”. Dicho principalmente de ciertos países tercermundistas dependientes de las compañías compradoras de plátanos. Bananero es quien no quiere progresar: se conforma con sobrevivir gracias a la exportación de plátanos (commodity sin valor agregado). Persona de espíritu bananero es persona mediocre. Persona mediocre es espíritu en extinción.

“El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad”

¿Cómo combatimos este virus que nos intentan inculcar a los latinoamericanos? Con 15 máximas anti-bananeras (creadas por el Cerdo Capitalista para la ocasión =D).


1.- La suerte es la excusa de los fracasados
¿Existe la suerte? Existir, existe. Pero se puede triunfar aunque Dios (el azar o lo “inmanejable”) te de la espalda a lo largo de todo el camino. No esperes nunca una mano del barba, y ayudate a vos mismo.
En los negocios, la planificación, la creatividad y la fuerza de voluntad (valentía, espíritu, ganas, huevos) le ganan por sobremanera a la suerte; así que concentrate en esos tres puntos (lo incontrolable, incontrolable continuará).
En el amor, la confianza, la seguridad en uno mismo, la simpatía y el aspecto físico reemplazan al “destino” como formadores del éxito.
… y así en todos los ámbitos de la vida…

La joda está en aceptar lo que no podemos controlar (el tiempo, las tasas de interés y las decisiones de otros) y maximizar todos los resultados que dependen de lo que sí podemos controlar.


2.- El riesgo es la base del éxito
Tanto en los negocios como en todas las demás facetas de la vida (amor, pareja, familia, etc.), todo éxito consiste en obtener “algo” (objetivo) en una situación previa “no positiva” (como dijo nuestro querido vicepresidente Cobos).

La falsa idea de la seguridad mantiene al “proletariado” (trabajadores, empleados… ¡el pueblo!) inmóvil ante un sistema que, si lo supiesen aprovechar, les brindaría muchas más oportunidades. No hay que ser un asesino, cual Che Guevara, para ser revolucionarios. El mazo de cartas está en las manos de todos y cada uno de nosotros (sólo es nuestra responsabilidad elegir con cuáles queremos jugar).
Si sos un empleado de supermercado de clase media baja sólo mejorarás tu estatus social si corrés el riesgo de abandonar tu trabajo de segunda e iniciar tu próspero negocio personal (empresa productiva, inversiones en mercados de valores, bienes raíces, lo que fuese).
3.- ¡Hacé listas! (Conocete, agradecé y planteate objetivos)
En Navidad me regalaron un libro de autoayuda que creí iba a detestar (un derivado de “El Secreto”). Lo cambié. Pero antes de ir a la librería, lo leí y me gustaron un par de partes (que me guardé en un Word dado que iba a perder el libro). Comparto con ustedes un párrafo destacado…
“Escribe una lista con todas las cosas que despiertan tu amor; te recomiendo que la hagas al comienzo de cada mes, y luego al menos cada tres meses.
Incluye lugares, ciudades, países, personas, colores, estilos, cualidades, empresas, servicios, deportes, atletas, música, animales, flores, plantas y árboles. Enumera todas las cosas materiales que te gustan, desde la ropa, casas, muebles, libros, revistas, periódicos, coches, electrodomésticos, hasta los distintos tipos de comida. Piensa en todas las cosas que te gusta hacer y enuméralas, como bailar, practicar un deporte, ir a galerías de arte, a conciertos, a fiestas, de compras, recuerda las películas que te gustan, tus vacaciones y tus restaurantes favoritos.”

Del libro “El Poder” de la autora de “El Secreto”.

¡Hay que hacer listas! Una lista de todas las cosas por las que estás agradecido, otra con un diagnóstico personal (con el máximo nivel de detalle posible) y otra con todas las cosas que querés para el futuro (visión, misión, objetivos, metas, planes de acción, etc.).


4.- Todo se hace
Hay que darse cuenta que el liderazgo, la inteligencia, la facilidad de palabra, la cultura o el atractivo sexual (entre otras decenas de cosas) se HACEN a lo largo de nuestra vida. Hay condiciones naturales (es innegable) pero todo y todos puede/n cambiar. Es cuestión de saber hacer un buen diagnóstico de nuestras fortalezas y debilidades para saber dónde poner las fichas. ¡Cambiar es posible!


5.- Las claves para vivir mejor, como sociedad, están en la economía y la política
Lo más importante en un país son los empresarios y los políticos.
Toda la vida en sociedad gira en torno a dos grupos de actores:
  • Las empresas privadas
  • El estado (en todas sus formas)

A nivel sociedad, si profundizamos la educación en ciencias económicas y políticas, generaremos a largo plazo una nueva generación de gente apta para generar crecimiento, desarrollo e igualdad de oportunidades.
A nivel personal, si querés cambiar el mundo y mejorar tu vida en el camino, no estudies solamente ciencias naturales, filosofía, diseño, arte, idiomas o gastronomía… aprendé a generar valor: ¡estudiá ciencias económicas! (y si tu pasión es la biología, estudiá ambas, y aprenderás a transformar tu pasión en el mejor de los modos de vida posibles).


6.- Aprovechá este “siglo de oro” (má… ¿qué oro? ¡platino!)
El siglo XXI está siendo generosísimo (gracias al laburo y esfuerzo de generaciones pasadas). Un nuevo mundo aparece frente a nuestros ojos cada mañana; pero muy pocos podemos verlo. Un mundo lleno de brillo que ofrece todo tipo de posibilidades a todo tipo de personas en todo tipo de lugares. Posibilidades económicas, amorosas y amistosas están tocándonos la puerta cada mañana. Por primera vez en la historia las oportunidades se cuentan de a millones, y cada día nacen cientos de nuevos ricos alrededor del globo.



Día a día el capitalismo se perfecciona.
Las oportunidades de negocios crecen día a día (para la gente común) gracias al impacto sorprendente de Internet y las telecomunicaciones.
El mundo ofrece cada día más y mejores productos-servicios; y la gran mayoría de los mismos están al alcance de una proporción cada vez mayor de la población.
La educación y la información están cada día más al alcance de todos. Casi cualquiera en cualquier lugar del mundo puede acceder al último libro de su autor favorito en cuestión de segundos comprándolo o descargándolo gratis por Internet. Educarse tiende a la gratuidad, siendo la información cada día más libre.
Nunca en la historia se ha generado tanta “cultura” como está sucediendo en esta era. Estamos en presencia de un siglo dorado con una gran explosión de artistas, que generan día a día una nueva cosmovisión del mundo. El arte está cobrando una importancia nunca vista, y lo más sorprendente, es que ya no hay requerimientos para expresarse.
La libertad y la libre expresión están llegando a niveles ridículamente perfectos. Hoy en día uno puede expresarse a través de un blog, un foro, un perfil de Facebook, una cuenta de Twitter con muy muy pocas exigencias económica (sólo tener acceso a Internet y mínimos conocimientos sobre su uso).


7.- “Capitalista” y “Rico” no son malas palabras
El papel del empresario (descripto bajo las felices palabras “capitalista” y/o “rico”) es importantísimo e infravalorado en la Argentina. En un contexto periodístico dominado por la pseudo izquierda, es difícil encontrar un lugar en el cual defender el papel del actor que más influye en el bienestar general de una sociedad en una economía de mercado. ¡Defendelo a capa y espada! Un empresario es un potencial ídolo y no una horrible advertencia.

Asimismo, separá el concepto de riqueza del de honradez. Las simplificaciones son dañinas. El hecho de que existan ricos chorros no puede llevarnos a concluir de que todos los ricos lo son. Hay ricos malandras y ricos honestos (así como los hay pobres y de clase media). Como país católico bananero, solemos creer que los pobres son los merecedores del cielo, pues son buenos, dignos y marginados. ¡No te morfes ese cuentito! ¡Papá Noel no existe!


8.- El dinero nunca es un objetivo (es causa y consecuencia)
Hay que tener en claro que el dinero en sí mismo no sirve para nada, así que no tiene sentido perder la vida por dinero. El dinero tan sólo es un medio para obtener otras cosas materiales, por lo que hay que estar atento para ponerle siempre su justo precio. De todas formas, ¡ese valor es altísimo que no quepa ninguna duda! (dado que todo el mundo material se puede representar en dinero, por lo que a más dinero más cosas materiales… y a más cosas materiales, mejor estilo de vida). Sin embargo, con frecuencia compramos dinero a un precio demasiado alto (entregando “vida” y no “valor” por ese dinero).
A su vez, el dinero es una ¡consecuencia!. Si hacemos lo que nos gusta, lo que nos motiva, lo que “enciende nuestra llama”, el dinero llegará solo como “premio”.


9.- ¡Dejá de existir y empezá a vivir!
Las diferencias entre sobrevivir y vivir son garrafales. ¡Turn off the zombie-mode!



Estar alienado, “ir tirando”, “estar tranquilo”, “estar cómodo”, etc: Todas frases mediocres para describir que estamos quedados… no estamos viviendo lo suficiente.

Si ganás tiempo día a día para hacer las cosas que amás, tu vida tomará otro color y valdrá mucho más la pena ser vivida. Sacrificar dinero por tiempo es la mejor transacción que uno puede hacer. El tiempo es siempre escaso, el dinero no (si sos vivo podrás conseguir más dinero, pero no más tiempo).

Vivir consiste en aprovechar al máximo nuestros: Ver, oler, saborear, tocar, oír o escuchar para ¡sentir! (amor, alegría, ganas de reír, tristeza, emoción, etc.)

¡Apagá el modo automático gato!


½.- Sólo hay dos tipos de transacciones: valor por dinero o vida por dinero
Como unión entre las últimas dos máximas cuento algo que me dijo un profesor alguna vez (en relación a entregar “vida” y no “valor” por dinero)…

¿Por qué la “vida” y el trabajo parecen separarse en la conciencia de muchos? Que el trabajo no sea vida es inconcebible. Sin embargo, para la gran mayoría de la gente así es. El tema del “switcheo” entre vida y trabajo es otro síntoma de la supervivencia como estilo de vida.

En ese marco es que uno debe plantearse qué tipo de transacción quiere hacer: ¿Entregar nueve horas diarias por unos pesos o apasionarse por lo que uno hace -disfrutándolo sea el tiempo que sea- y obtener dinero por ese valor agregado que se genera con nuestro trabajo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tremendo post! Vengo leyendo los post desde el principio y este lo tenia que comentar. Comparto tu forma de pensar en varias cosas, hasta a veces tenes una filosofía estoica que comparto.

Basicamente la de la accion, accion accion, y que nada llega solo. Ademas de que hay mucha gente dice que se "nace" con ciertas cualidades o aptitudes pero esta muy lejos de la realidad.

Cualquier cosa que quieras mejorar, se puede mejorar.

Santiago A. Magnin Gómez dijo...

Gracias por tu comentario amigo anónimo! Me gusta que un post de Febrero del 2011 aún esté vivo hoy, más de cuatro años después. ¡Éxitos en todo lo que emprendas! Abzo de gol.