EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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¡Mil gracias a la humanidad! ¡Cero gracias a Dios!

En un nuevo post ateo, me pongo filosófico sobre un tema recurrente en nuestra vida cotidiana: el agradecimiento (como ya habrán notado con anterioridad, “El Cerdo Capitalista” es un blog sobre emprendedorismo y creación de empresas, pero con una pizca de ateísmo y pensamiento crítico).

¿Por qué es frecuente oír la frase “Gracias a Dios” cuando algo bueno ocurre, en vez de escuchar lo que verdaderamente sería correcto (“Gracias a vos amigo”; “¡Gracias má!”; “Gracias a usted doctor”; “Gracias a 500 años de investigación científica”, etc.)?
Y lo que es más indignante aún… ¿Por qué, ante una tragedia (devenida de un evento que está fuera del poder del hombre, como puede ser un terremoto), se agradece a Dios ante el “milagro” de una vida salvada entre mil perdidas? ¿Por qué no se reclama a Dios y se agradece a los equipos de médicos y especialistas en tal caso?

Ante esta aparente irracionalidad es que me puse a pensar... y llegué a la conclusión de que este mensaje ameritaba un nuevo post… ¡Basta de agradecer a Dios! ¡Démosle el mérito a quien se lo merece!

Mi historia personal

En mi historia personal, encuentro que debo agradecer con más ímpetu a mis padres, a mi país y a la medicina que a cualquier paparruchada sobrenatural o “divina”.

A mis padres por hacer todo lo que estuvo (y está) a su alcance para poder brindarme “la mejor vida posible”; a mi país por darle la oportunidad a mis padres para poder concretar ese objetivo; y a la medicina por ser una de las herramientas con las cuales contamos (sólo parte de los habitantes del mundo actual) para solucionar todo lo que antes se dejaba en manos de chamanes visionarios que se comunicaban con el “más allá”.

Si fuese por Dios hubiese muerto en el parto.
Gracias a los médicos y al avance de la medicina nací por cesárea, lo que permitió que el partero “desenrolle” el cordón umbilical de mi cuello (igual nací negro cual afroamericano por el ahogo… recién a las horas se supo que era de piel blanca =P).

Si fuese por Dios hubiese muerto joven por una obstrucción en las vías respiratorias.
Nuevamente gracias a los médicos y al avance de la medicina, me operaron de pequeño cuando el “coso” que tenía en el cuello era aún fácilmente extraíble.

Si fuese por Dios nunca hubiese podido aprender a leer, y en consecuencia, nunca hubiese expandido mi “intelectualidad” (de ser analfabeto, probablemente aún creería en Dios).
Parece reiterativo; pero también gracias a los médicos (oftalmólogos) y al avance de su especialidad, pude ser recetado a tiempo con anteojos (y luego lentes de contacto) que me permitieran VER (tengo hipermetropía, astigmatismo y estrabismo… sin anteojos o lentes no veo ¡un carajo!).

Si fuese por Dios estaría condenado a lumbalgias crónicas y lesiones de cadera, como consecuencia de la mala postura derivada de mi “pie plano”.
Por cuarta vez, ¡gracias a los médicos!. En este caso, gracias a los ortopedistas y al avance de su especialidad, pude corregir el problema a tiempo y ahorrarme problemas futuros.

Y así podría seguir hasta mañana con cambios más pequeños pero que mejoran también la calidad de vida.

Como verán, los que hacemos milagros somos las personas y no las divinidades. Sólo basta como prueba que una persona con mis mismas condiciones físicas pero nacida en la Zambia o Liberia actual o en la Inglaterra del siglo XVIII estaría indiscutiblemente muerta. De haber sobrevivido al parto y a las enfermedades (ahí sí “milagrosamente”), tanto en un país pobre actual como en un país rico del pasado, esta persona vería todo borroso y tendría problemas para correr, por lo que (al no estar en igualdad de condiciones para “competir” por el alimento) claramente estaría en la mitad que se muere de hambre antes de llegar a la adultez.

Sin embargo… ¡aquí estoy yo! ¡En el 10% más saludable y educado del mundo! ¡Y no precisamente gracias a Dios!

PD: Mi educación religiosa tuvo en mí una gran influencia. No sólo me hicieron darme cuenta de la inexistencia de toda deidad, sino que, como habrán notado en el post, también me enseñaron a escribir Dios con mayúsculas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estas mall chabal solo eso te puedo decir tengo educacionn ......

DarKAngel dijo...

DarKAngel:



Muy buen Post Amigo..... Gracias Dio....... neh...... Gracias a vos por compartir tu ideologia....

Anónimo dijo...

esta bien que creas eso yo creo diferente. dicen que el ateo es mas creyente ya que pone mas énfasis en estos temas que alguien que "dice" creer en una deidad solo te puedo decir que vas en buen camino