EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

Ver todos los posts del cerdo Si es fácil, no es negocio

¡Buscá un post!

Sea lo que sea que fabriques, vendé esperanza

La realidad ha muerto. Ya no existe la realidad. Todo es percepción. No hay UNA realidad.

¿Entonces? Entonces hay que hablar de volverse un experto en tirar magia, en crear mundos, en generar ilusiones. No sabía si ponerle a este post: “Sólo venda esperanza” (“Just sell hope”) o “El poder de la esperanza” (“Power of hope”). Quería armar algún breve análisis filosófico-marketinero para pensar entre todos. ¿Cuál es la clave única del marketing?... del buen marketing… ¿Cuál? Para mí, ¡la esperanza! Desde la publicidad de Axe hasta la de un fideicomiso constructor, el centro está puesto en el mañana, en un mejor porvenir, en ese “progreso” tan subjetivo y tan poco “real” (repito, la realidad ha muerto, todo es percepción, somos lo que vemos que somos, el mundo es lo que construimos entre todos).

Todos soñamos con un destino de grandeza. Hay que empaquetar ese destino y venderlo. Tenemos que crear nuestra propia utopía. Hay que vender esperanza misma; esperanza empaquetada. Me parece que a muchos, lo ÚNICO que los mueve es la esperanza; y para TODOS, la esperanza es el mayor movilizador.

Lo mismo pasa puertas adentro. También es una excelente idea vender esperanza como estrategia de marketing puertas adentro. La esperanza está íntimamente relacionada con la motivación, y esta última con la productividad y la eficiencia. Allí la magia de las multinacionales para sus empleados. Prometele un destino de gloria a tus empleados. ¡Construía una empresa utópica! (Apple).

“La esperanza en sí misma es una especie de felicidad y, quizás, la principal felicidad que en este mundo se alcanza.”-Samuel Johnson-

1 comentario:

Televisores dijo...

Es una muy buena reflexión, así sea desde la utopía, siempre se debe ver con los ojos de la esperanza