EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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Boludeces sobre la bolsa

Una de mis máximas (para la vida y no sólo para las inversiones) es la siguiente: “Somos todos boludos”. No siempre razonamos como debiéramos y muchas veces nos guiamos por sentimientos que no nos llevan a los mejores resultados. Hacemos lo que hacemos en vez de lo que deberíamos (valga la redundancia). ¡No pensamos lo suficiente!

Como boludo que invierte sus ahorros en el mercado bursátil hace dos años, me he dado cuenta de ciertos errores clásicos que resumo en las siguientes líneas.

Boludez “number one”: Tener expectativas irreales. La gente piensa que puede sacarle un 2% mensual a sus inversiones bursátiles a largo plazo (algunas muestras de estas ilusiones utópicas se pueden apreciar en comentarios aquí, aquí, aquí y aquí). ¡Ilusos! ¡Pavotes! Caigan en la realidad. Ese 2% mensual representa a un 27% anual (por interés compuesto). El mejor inversor de la historia (George Soros) obtuvo una rentabilidad neta promedio del 30% anual en sus inversiones. En consecuencia, cualquier persona que se ponga un objetivo en el rango del 25-30% anual está diciendo que su meta es convertirse en el mejor inversor del mundo (o por lo menos igualar al actual “campeón”). ¿Es posible? Obvio que es posible. ¿Es la mejor opción planear nuestro futuro en base a un objetivo de tal grandeza? Me parece que no.

La única lucha verdadera del inversor (independiente o corporativo) es superar al rendimiento promedio del mercado en el cual se invierte. Las acciones (estadounidenses) tienen un rendimiento histórico promedio del 12% anual. Por lo tanto, si estás por arriba del 12% anual ya sos un excelente inversor, si estás en el 12% clavado sos mediocre (o “promedio”) y si estás por debajo sos un mal inversor (todo a largo plazo claro está).

Boludez “number two”: No tomar en cuenta a la inflación. En mi análisis anterior sobre rentabilidad y estilo de vida (aquí), un tal Lucas comentó algo vital: “El valor del dinero decrece con el tiempo, por lo que una parte del flujo de fondos ha de reinvertirse necesariamente para seguir teniendo el mismo nivel de vida”.

En países bananeros como el nuestro, invertir y ganar es dificilísimo porque siempre se tiene que estar luchando contra una suba generalizada de precios fuera de control. En la Argentina en los últimos años venimos luchando contra una tasa de inflación anual del 25% (aprox. promedio). En consecuencia, para obtener una rentabilidad real (por sobre la inflación) del 20%, deberemos obtener una rentabilidad nominal neta del 50% anual (1,5/1,25=0,2).

Por otro lado, en países serios, la inflación se ubica entre el 2 y el 6% anual. En EE.UU., por ejemplo, la inflación anual promedio se ubica entre el 2 y el 3%. En consecuencia, nuestro “piso” para estar en cero en nuestras inversiones en dólares estadounidenses es del 2,5%. Nuevamente tomando como objetivo el 20% anual, para lograrlo en dólares, deberemos de lograr una rentabilidad nominal neta del 23% (1,23/1,025=1,2).

Boludez “number three”: No tomar en cuenta a los impuestos y a las comisiones. En Argentina, el impuesto sobre los bienes personales puede llegar al 1,5% (aplicable a la totalidad de nuestro patrimonio independientemente de nuestras ganancias o rentas), el impuesto a las ganancias puede llegar al 35% y hasta por mover nuestro dinero entre diferentes cuentas bancarias nos sacarán unos pesitos (0,6% sobre los créditos y 0,6% sobre los débitos). Asimismo, nuestros agentes de bolsa no son ONG’s. En general, entre sus comisiones y las tasas bursátiles perderemos un 1% a la compra y un 1% a la venta.

Si al rendimiento desmesurado del 50% (en pesos argentinos) que teníamos que obtener para llegar a la rentabilidad real del 20% le agregamos los impuestos y las comisiones, llegaremos como mínimo a un piso de un rendimiento bruto anual del 54% (si invirtiésemos como personas físicas, en bienes cuyas ganancias no estén gravadas –acciones- y no fuésemos “habitualistas”).

Si, por el contrario, invertimos como sociedad o somos “habitualistas” (nuestro trabajo es invertir en bolsa, gran parte de nuestros ingresos mensuales provienen de esta fuente o algún caso similar) tendremos que afrontar una carga tributaria gigante que transformará nuestro objetivo del 50% en un bestial 90% (¡noventa por ciento!) anual bruto.

Boludez “number four”: No valorar al tiempo. Invertir a largo plazo es una apuesta 100% segura. Invertir a corto plazo es una apuesta de riesgo (no hay certeza). Cuanto menos tiempo estemos dispuestos a esperar, más riesgo estaremos asumiendo. Hasta el momento, las probabilidades de éxito (en base a los últimos 100 años de historia bursátil y si invirtiésemos diversificando en una proporción igual al índice S&P500) se aproximan a un 72% de probabilidad de ganar (cualquier porcentaje) invirtiendo por un año entero, a un 89% de probabilidad de ganar invirtiendo por cinco años, 97% por 10 años y 100% (certeza de ganar) si elegimos invertir por un período de 15 años. En consecuencia, el que busca encuentra, la victoria pertenece al más perseverante o el que la sigue la consigue. La única “gran clave” de la inversión bursátil es diversificar y esperar. Nada más.


Haciendo un breve análisis con la data expresada a lo largo de este post… Si nos destacamos en el mundo de las finanzas podremos obtener un 15% de rentabilidad anual neta en dólares. ¿En qué podemos traducir este dato?
  • Si empezamos a invertir a los 25 años con 10.000 dólares (el valor de un Fiat Uno Fire 3 puertas -el auto 0km más barato del mercado-), cuando cumplamos los 55 años podremos empezar a disfrutar una renta mensual de u$s 7.196 (o $28.750).
  • Asimismo, si empezamos a invertir a los 40 años con 100.000 dólares (el valor de un pequeño tres ambientes en Almagro), cuando cumplamos 55 años podremos empezar a disfrutar una renta mensual de u$s 8.845 (o $35.378).
Para ambos ejemplos hice el supuesto de que las ganancias se reinvierten hasta cumplir los 55 años (y en ese punto se empiezan a retirar).

Con lo anterior estoy afirmando que, si somos buenos invirtiendo, podremos vivir en la clase ABC1 (cuyo piso está en los $15.400 -por familia- en Febrero del 2010 según la revista “Management Herald” de Ámbito Financiero) pura y exclusivamente gracias a nuestra renta financiera. La clase ABC1 representa a lo que comúnmente conocemos como “clase media alta” y “clase alta”. El promedio de este escalón social (que engloba al 5% más beneficiado de los argentinos) está en los $33.250 por grupo familiar (dos padres y dos hijos menores).

Por todo lo anterior es que, claramente, ser un buen inversor (que supere el 12% promedio anual de rentabilidad neta durante, al menos, 15 años) es una aventura más que desafiante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno el post! Ahora si, el promedio de inflacion para los últimos años (ponele los últimos 5) no llega ni en pedo al 25%... estas comprando mucho La Nación vos. Igual es del 20% promedio que tampoco es poco; bastante triste teniendo en cuenta que junto a Venezuela y algún que otro africano somos de los países más inflacionarios del mundo. De hecho, todo latinoamerica (excluyo países minusculos de centroamerica) cierra este año con inflaciones de un dígito excepto Venezuela y nosotros. :(